La creación de una computadora cuántica promete revolucionar
la ciencia y la tecnología. Sin embargo, hay muchos obstáculos que vencer para
realizar este sueño.
Las computadoras se han vuelto parte de nuestra vida
cotidiana. Están presentes no sólo en las universidades, oficinas y escuelas,
sino en las casas de muchas personas. Las computadoras modernas almacenan
nuestros datos, nos comunican con los amigos, sacan fotos y sirven para
escuchar música. Sin embargo, no hay que olvidar su propósito original: hacer
cálculos. Ha habido recientemente un enorme avance en la computación numérica.
Cada año aparecen procesadores más rápidos y debemos tirar a la basura las
computadoras que orgullosamente compramos hace poco tiempo. ¿Qué nos depara el
futuro?
El aumento en la velocidad y la potencia de las computadoras
en los últimos años y los efectos de esta tecnología son tan espectaculares,
que uno podría pensar que no tienen límites. Y ni siquiera hace falta tomar en
cuenta los cambios que las computadoras han producido en el comercio y la
economía. Basta considerar el efecto de las computadoras en la ciencia para
darse cuenta de que han cambiado nuestra manera de estudiar la naturaleza. Hoy
en día las computadoras nos permiten simular, por ejemplo, colisiones de galaxias
y la formación de las primeras estrellas. Así podemos estudiar y entender estos
sucesos sin necesidad de que ocurran ante nuestros ojos. Podemos decir que los
científicos cuentan con una nueva herramienta, además de las tradicionales (la
teoría y la experimentación): la ciencia computacional.
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