viernes, 8 de noviembre de 2013

¿SOMOS CEREBROS EN CUBETAS?

Somos cerebros en cubetas, este es un planteamiento que nos presenta el filósofo Hilary Putnam, que si bien no es el primero en sugerir este tipo de idea, si es el más conocido. Lo que Putnam nos platea con esta idea es la posibilidad de que toda nuestra percepción de la realidad pudiera ser inducida de forma artificial, de forma tal que todo lo que imaginamos que existe en la realidad, desde nuestros sentimientos internos (como la alegría) hasta la información externa proveniente de los sentidos (como ver un árbol) es únicamente resultado de impulsos eléctricos provenientes de una computadora que está conectada a nuestro cerebro. de esta forma resultaría que nada de lo que consideramos como parte de la realidad sería tal, es en este sentido que seríamos simplemente cerebros dentro de cubetas, es decir meros cerebros que se encuentran desconectados del mundo y cuyas experiencias son implantadas artificialmente, de esta forma  cuando creyéramos que movemos la mano, que tomamos café, que hablamos con alguien, todo es en realidad sólo un resultado de los impulsos eléctricos enviados a nuestro cerebro.

En principio todo esto es posible, lógica y físicamente, y trae a colación grandes consecuencias en términos de conocimiento, pues si todo lo que consideramos como realidad no es otra cosa que datos artificiales inducidos por una computadora en nuestro cerebro, parece ser que no tenemos forma alguna de decir con certeza que conocemos algo de la realidad con la que no tenemos contacto (el mundo). Por otra parte un planteamiento de este tipo trae con sigo forzosamente una serie de preguntas que demandarían respuesta, pues si ya fuéramos de hecho cerebros en cubetas, ¿lo sabríamos? ¿Cómo podríamos descubrirlo o, por lo menos, refutar la posibilidad de que lo fuéramos? Seguramente la primera reacción es pensar: “por supuesto que no soy un cerebro en una cubeta, yo que no lo soy, yo siento que tengo un cuerpo y estoy segura de que veo la mesa frente a mí”. Recordemos, por mencionar sólo un caso, que las víctimas de esquizofrenia exhiben la misma seguridad con respecto a la existencia de sus propias alucinaciones. Sin embargo, alguien puede eventualmente convencerlos de que sufren una enfermedad y, gracias a un tratamiento exitoso, reconocerán que eran alucinaciones. El problema con el caso de los cerebros en cubetas es que no importa qué tanto nos digamos a nosotros mismos o que alguien nos trate de convencer de que no lo somos, son siempre palabras que podrían ser el resultado del impulso eléctrico enviado por la computadora.

Y ustedes ¿qué responderían?, ¿cómo pueden estar seguros que no son cerebros dentro de cubetas?




  

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