En la década de los noventa, un grupo de nuerocientíficos
hizo un experimento con monos macacos, donde se descubrió que existían unas
neuronas conocidas como "neuronas espejo". Durante las siguientes
décadas se habló mucho de estas células cerebrales.
Las neuronas espejo, o neurona especular, están
correlacionadas con objetivos específicos. Se activan en todo animal o persona
tanto al realizar una acción como al observar esa misma acción, algo que indica
un proceso de asimilación y aprendizaje sobre nuestro entorno: la adaptación, y
por ende, la evolución.
Algunos científicos dijeron que podrían estar relacionadas
con la empatía, mientras que otros aseguraron que son muy importantes para
algunas capacidades humanas (por ejemplo, el habla).
Otros alegan que gracias a estas neuronas se podrían
delinear tratamientos para los trastornos mentales. Por ejemplo, Marco Lacoboni,
de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), creó una teoría llamada
"hipótesis del espejo roto".
Dentro de esta teoría se habla de que el mal funcionamiento
de las neuronas espejo causa la falta de empatía, razón por la cual se
desarrollan condiciones como el autismo.
Así, desde que empezaron a circular las teorías de las
neuronas espejo, se dice que generan acciones centrales que influencian el
funcionamiento del cerebro.
Sin embargo, para Ben Thomas, investigador de Scientific
American, existe la probabilidad de que sólo desempeñen funciones auxiliares, y
si es así, se han estado buscando soluciones para el autismo y para los
problemas del habla en el lugar equivocado. Según Thomas, las neuronas espejo
no responden a gestos sin sentido o a sonidos al azar. Están diseñadas para
responder a acciones con objetivos claros.
Y es que para muchos especialistas, estas neuronas son las
que nos permiten comprender las acciones de otras personas. En caso de que esta
hipótesis sea cierta, Lacobini puede estar cerca de crear un tratamiento para
el autismo y para los problemas del habla.
Greg Hickok, de la Universidad de California, especialista
en ciencias cognitivas, dijo a SA que las neuronas espejo no tienen un papel
central en la empatía, el habla, el autismo y la comprensión. Según él, las
neuronas espejo proporcionan el mecanismo neutral para la fijación de significados
a las acciones motoras.
Para Hickok, Lacaboni y otros científicos están confundiendo
dos cuestiones independientes: el control del motor y la comprensión
conceptual. El científico asegura que las neuronas espejo ayudan a codificar
los movimientos pero no tienen la capacidad de crear conceptos semánticos.
Por ejemplo, los bebés entienden el significado de muchas
palabras a pesar de no tener la habilidad motora para pronunciarlas. Por lo
tanto, los bebés y los humanos entendemos el significado de las palabras debido
a las experiencias anteriores que hemos tenido con la misma.
Las neuronas espejo no codifican el significado de la
palabra, pues la comprensión de las acciones no es una función del sistema
motor.
Sea cual sea el camino que las investigaciones abran en los
estudios de las neuronas especulares, es claro una cosa: podrían develar
algunos misterios del cerebro humano, y por lo tanto, los mecanismos de su
evolución.
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